lunes, 11 de octubre de 2010

Reflexiones acerca de poseer un reloj

". No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj" - J. C.

Cuando ya estaba más que acostumbrado a la idea de consultar la hora en mi celular, decidì rescatarlo del abandono del fondo del cajón e invertir el equivalente a diez dólares en una correa nueva, de cuero y una pila decente, de esas con garantía. "Un milagro" dijo su médico, había sobrevivido a no menos de cinco años la acción corrosiva del veneno que una pila china, berreta como todo lo chino, había soltado en su mecanismo, intentando destruírlo como el cáncer destruirá algún día mi organismo.
"...y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes..."
Y sobrevivió, el muy perro sobrevivió, resultó ser un buen regalo de alguien que, dos semanas después que su regalo volviera a pasearse prendido a mi muñeca, decidió decir chau y para siempre. Alguien importante en mi vida, a quien apenas llegué a conocer, pero que admiré desde siempre, que un día y casi que por casualidad me regaló su antigua esclavitud humana de tener que fijarse en la hora. Un hombre viejo no necesita del tiempo, porque lo que no tiene es, justamente, tiempo.
Y casi que por acción del destino volví a pasearme obsesionado porque me faltan cinco minutos, aún tengo una hora, en quince estoy. "... ,te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico."
Quien sabe, hoy en día, tener reloj no es símbolo de Status, la gente de Status mira la hora en su Iphone 3G, la gente de Status tiene tiempo de sobra, porque ellos nos inventaron el tiempo, para los que no lo tenemos aprendamos a administrarlo.
Hoy en día tener un reloj, un aparato inútil y molesto en la muñeca es símbolo de algo inapresable, la permanencia de los recuerdos, el gesto impulsivo de mirar la hora cada cinco minutos, consultar y controlar que esté bien, sonreír patéticamente al darnos cuenta de lo parecido que escribimos a Cortázar. Hoy en día, soy todo Julio.
"Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes."





". No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj" - J. C.

Cuando ya estaba más que acostumbrado a la idea de consultar la hora en mi celular, decidì rescatarlo del abandono del fondo del cajón e invertir el equivalente a diez dólares en una correa nueva, de cuero y una pila decente, de esas con garantía. "Un milagro" dijo su médico, había sobrevivido a no menos de cinco años la acción corrosiva del veneno que una pila china, berreta como todo lo chino, había soltado en su mecanismo, intentando destruírlo como el cáncer destruirá algún día mi organismo.
"...y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes..."
Y sobrevivió, el muy perro sobrevivió, resultó ser un buen regalo de alguien que, dos semanas después que su regalo volviera a pasearse prendido a mi muñeca, decidió decir chau y para siempre. Alguien importante en mi vida, a quien apenas llegué a conocer, pero que admiré desde siempre, que un día y casi que por casualidad me regaló su antigua esclavitud humana de tener que fijarse en la hora. Un hombre viejo no necesita del tiempo, porque lo que no tiene es, justamente, tiempo.
Y casi que por acción del destino volví a pasearme obsesionado porque me faltan cinco minutos, aún tengo una hora, en quince estoy. "... ,te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico."
Quien sabe, hoy en día, tener reloj no es símbolo de Status, la gente de Status mira la hora en su Iphone 3G, la gente de Status tiene tiempo de sobra, porque ellos nos inventaron el tiempo, para los que no lo tenemos aprendamos a administrarlo.
Hoy en día tener un reloj, un aparato inútil y molesto en la muñeca es símbolo de algo inapresable, la permanencia de los recuerdos, el gesto impulsivo de mirar la hora cada cinco minutos, consultar y controlar que esté bien, sonreír patéticamente al darnos cuenta de lo parecido que escribimos a Cortázar. Hoy en día, soy todo Julio.
"Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes."






Update: Definitivamente, el reloj era una basura, me lo dijo otro relojero con mejor experiencia y herramientas.

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