viernes, 10 de octubre de 2008

La máquina de pensar en Gaby

Plagio (descarado) a Mario Levrero (evítense adjetivos tales como: "monstruo", "Maestro", "Genio", "Ídolo", o similares)


Antes que el sueño me dominara hice, tendido en la miserable cama con el colchón gastado, mi habitual recuento mental del estado del apartamento, para evitar que, ante cualquier emergencia, despavorido, intentara moverme en la madrugada en un terreno que no conocía.Las sábanas recién lavadas ondeaban en la azotea angosta, cual mariposas nocturnas de enormes alas. En el baño agonizaba, intoxicada con una sobredosis de insecticida, la última de las trescientas mosquitas de la fruta que habían invadido el apartamento y a las que no tuve más remedio que eliminar. La heladera guardaba el último litro de leche y un trozo de dulce de membrillo, y poca cosa más (mayonesa, ketchup, salsa de soja y algo de mostaza). En la pileta de la cocina los platos se amontonaban sin lavar, y la cocina a gas también presentaba un aspecto de mugre antigua, salpicada de fritura, salsa de tomate y cebolla calcinada. El lavarropas estaba detenido, el microondas desenchufado, en la habitación de al lado todo estaba apagado, salvo el radio reloj, programado para encenderse a la hora habitual y la máquina de pensar en Gaby estaba funcionando defectuosamente, se paraba y volvía a encenderse con un crujido y un ruido de fuelles internos derrumbándose, las fallas eran notorias y en cualquier momento dejaría de funcionar.En mi habitación todo era normal, la puerta del ropero entreabierta para poder meterme más fácilmente al pasadizo secreto que era mi salvación, la ropa depositada sobre la silla de hierro, los zapatos al lado de la cama y el interruptor de la veladora a mi alcance.A la madrugada, sentí un chasquido en la habitación de al lado y de inmediato me faltó el aire. La máquina de pensar en Gaby había estallado y mi corazón se rompía desde adentro.-
Para ella.-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero...¿quién sos vos, Dios_a? En mi altillo/oficina, tengo la foto de Levrero, obvio. Pero también la mismísima que ponés en el blog de Onetti... ¡Y Bukowski! (faltan Malcolm Lowry, Dante, Kafka y Lawrence Durrell para completar la galería).
Luego: el borrador que tengo para postear en el blog (y no termino de terminar) es sobre los plátanos. Digo, sé que todo el mundo habla de eso en esta época, pero no todo el mundo lo elige como tema de divagación en el blog...
En fin: sin duda ambos estamos sintonizando alguna radio invisible, tipo "Muebles El Canario" de Felisberto.
Saludos, vuelvo otro día con más tiempo (¡ay!)
Reverencias
G.